Introspectivo o Consciente

por Ago 12, 2020Alma

Consciente: ¿Soy o no soy?

Consciencia, esa palabra se ha vuelto muy popular en esta era. Tanto así, que se convirtió en una de las palabras mas buscada del siglo 21 entre los milleniales en los Estados Unidos y Europa. Internet define la palabra consciencia como el conocimiento y/o reconocimiento que uno tiene de sí mismo (su propia existencia, estado, u actos) y de su entorno.

Filósofos y científicos, estudiando este tema por décadas, argumentan que la consciencia es un concepto unívoco que la mayoría de nosotros entendemos de forma intuitiva, justamente por lo difícil que puede ser definirla y comprender cómo funciona. La Santa Biblia la llama un “músculo” porque se desarrolla según la sabiduría adquirida y la experiencia vivida.

Aclararé la acepción de dos términos que estarán leyendo acá con frecuencia, y que pueden llegar a confundirse. Estos son “sabiduría” y “conocimiento” que, aunque pueden parecerse, no son lo mismo.

Utilizaré la palabra conocimiento para referirme a los datos intelectuales que se almacenan en nuestra memoria. Es el contenido que hay en el disco duro de nuestra mente, el bagaje informativo que traemos.

Sabiduría, aunque vinculada directamente al conocimiento, lleva un significado diferente. Mientras que el conocimiento está relacionado a la información que poseemos, la sabiduría implica acción; es poner en práctica lo que ya sabemos.

Si el conocimiento es saber, la sabiduría es hacer.

¿Qué me dice la consciencia?

Particularmente, me gusta simplificar el concepto de consciencia como la habilidad de ver y entender:

  1. A nosotros mismos claramente,
  2. Cómo nos ven los demás y cómo encajamos en el mundo.

El estar consciente te empodera. A una persona en proceso de desarrollar su consciencia, no siempre le va a gustar la totalidad de su ser. Sin embargo, existe cierta comodidad en conocer cómo es uno realmente.

El ser consciente otorga satisfacción plena, mejores relaciones y buena comunicación con los demás. Los seres conscientes tienden a ser más creativos, confiar más en sí mismos, rendir mejor en sus empleos, y son menos propensos a actos negativos como robar, hacer trampas o mentir.

La especialista en psicología organizacional, además de autora y conferencista, Tasha Eurich, junto con un equipo de investigadores, médicos y científicos, tomaron el reto de ejecutar un estudio intensivo que determinara quién realmente es consciente de sí mismo entre nosotros, los seres humanos.

La conclusión de esta evaluación la vamos a presentar en dos noticias buenas y dos noticias malas.

La primera noticia buena es que lograron determinar que hay personas con un alto nivel de consciencia de sí, y estos “unicornios” (sobrenombre otorgado por el equipo de la Dra. Eurich) ¡Sí existen! Este resultado, más allá de señalar a unos pocos como “conscientes”, nos indica que hay posibilidad de desarrollar este “músculo”, presente en todos nosotros en distintas medidas.

La segunda conclusión positiva de este estudio, es que demográficamente (género, industria, edad, etc.) no había nada en común entre ellos. No existía ningún patrón que indicase que solo un grupo reducido es poseedor de esta virtud; es decir que cualquier persona, sin importar el área en que se desarrolle, puede ser consciente: desde un artista o empresario, hasta un ama de casa.

Las verdades amargas que mostró este estudio fueron: 1) que más del 80% de las personas asumen estar conscientes de sí mismos, mientras que solo el 10-15% realmente lo está, y 2) que ser introspectivo no necesariamente ayuda. En otras palabras, el 80% de las personas andan por la vida cayéndose a mentiras a ellos mismos sin saber realmente que se están cayendo a mentiras.

Las estadísticas claramente muestran que vivimos en un mundo difícil. Lo bueno de todo esto es que, a través de estas investigaciones y con una buena dosis de auto-observación, logramos aprender más de nosotros mismos. Porque, al final, de eso se trata. ¿Cierto?

Eres naturalmente introspectivo.

Los resultados del estudio realizado por la Dra. Eurich demostró que existe una relación estrecha entre la introspección, el estrés y la depresión. Lo introspectivo podría definirse como la colección de pensamientos, sentimientos y motivos latentes en nosotros que no convertimos en acción.

Por más que creamos que nuestro cerebro es una super computadora que razona y analiza toda la información de manera perfecta, llegando a conclusiones precisas, realmente no es así. Volvemos a uno de los puntos de inicio: no hay sabiduría, solo conocimiento (y cabe destacar, casi todos alejados de la realidad).

Pensar no es igual que saber.

Aunque tengamos la tecnología, nuestros smartphones y Google para contestar todas nuestras preguntas, muchas personas creen que pensar es saber. En otras palabras, piensan más de lo que saben.

Pensar no es igual que saber. No es tan simple como reflexionar sobre lo que llega a tu cabeza. No se trata de excavar dentro de nuestro cerebro, buscando entre nuestros recuerdos, sentimientos o pensamientos inconscientes. Tú y yo sabemos que eso no sucede así. Ahora, lo que sí sabemos es que el cerebro, libremente, tenderá a optar por seleccionar opciones negativas primero. Es entonces que toma el control tu diálogo interno.

Cuando tu cerebro esté preguntando “porqués”, indaga en el “cómo”. Que tus preguntas a ti mismo no comiencen con un “¿por qué?” donde te expongas y le des alas a tu mente a escoger respuestas inventadas. Créeme, aunque se sientan y te convenzas de que son verdaderas, es más probable que estén erradas. A esto, es mejor preguntarse un “¿cómo?”. Algunos casos serían:

Ejemplo 1:

Pregunta: ¿Por qué mi pareja y yo no nos llevamos bien?

Reacción: Ideas dispersas, muchas opciones para tu cerebro. Te inmovilizas.

Pregunta: ¿Cómo puedo hacer para mejorar la relación con mi pareja?

Reacción: Opción(es) más precisa y directa. Llamado a la acción.

Ejemplo 2:

Pregunta: ¿Por qué esto me está pasando a mí?

Reacción: Seguir dando vueltas en la misma situación, sin salir de ella.

¿Cómo puedo trabajarme y cambiar este pobre sentimiento que no me hace bien?, es una mejor forma de plantearse esta interrogante.

Como puedes notar, mientras el porqué te puede llevar a un abismo de opciones dispersas e inconclusas al punto de inmovilizarte, preguntarnos el cómo activa tu cerebro de una manera diferente: buscas opciones que están a tu alcance, llevándonos a tomar cartas en el asunto.

¿Quieres ser realmente consciente?

Las personas que han alcanzado un mayor grado de consciencia de sí, tras los estudios previamente mencionados, no tienen en común género, nacionalidad, edad, creencias religiosas o nivel educativo. Por otro lado, hay dos elementos presentes en todos y cada uno de los casos estudiados:

  1. La firme convicción de la importancia de ser consciente
  2. El compromiso incondicional de desarrollar la consciencia todo los días

Entonces… ¿Eres consciente? Si tu respuesta fue sí, ¿Cómo lo sabes?

¿Sabemos quiénes somos realmente? ¿Sabemos con qué queremos contribuir a nuestra familia y sociedad? ¿Sabemos qué clase de vida queremos llevar? A mí me encantaría que me llamaran unicornio, y no solo por mi cabello purpura. Los seres conscientes son una pequeña minoría de personas indiscutiblemente más felices.

Si estás buscando una persona que te lleve de la mano a concientizar, despertar y abrir tus caminos hacia el conocimiento de ti; si estás buscando un coach que te ayude a trazar un plan para alcanzar tu yo ideal, escríbenos para una consulta gratuita. Conocernos a nosotros mismos, y junto a ello indagar en los caminos del Ser, es un viaje en el que con gusto podemos ir acompañados.

NOTA: Si quieren leer más sobre los estudios de la Dra. Tasha Eurich y sus conocimientos, les animo a que escuchen el audiolibro disponible en Amazon llamado “Intuición”.

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